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Es cierto que el envejecimiento cutáneo depende de muchos factores, internos y externos, y que es más importante la edad cronológica que la biológica, cuando hablamos de piel. Pero, en algún momento tenemos que empezar a usar soluciones antiarrugas. Consultados con tres expertas para averiguar todo lo que debería reunir una buena antiarrugas y cuándo y cómo empezar a usarla y qué puedes esperar de ella.

Lo de que hay que limpiar la piel día y noche con un producto específico a nuestro tipo de piel lo tenemos claro, también lo de que por la mañana hay que hidratar y por la noche nutrir. Estos son conceptos bastante arraigados entre las mujeres españolas, lo que parece que no está tan claro es cuándo hay que empezar a utilizar una crema antiarrugas. Hemos consultado con varias expertas para salir de dudas.

Vaya por delante que todas las expertas consultadas coinciden en que es mejor valorar el estado de la piel de forma personalizada y pensar en su edad cronológica y no biológica. Dicho esto, recalcan que ya desde la infancia hay que utilizar protección solar: “un filtro solar de amplio espectro es un gran preventivo antiarrugas y antiedad. Y hay que utilizarlo con un SPF alto, los 365 días del año, y reaplicarlo cada dos horas si vamos a estar en exteriores”, según la esteticista Marta García (Oviedo, Asturias, tel. 985 27 73 00). A partir de aquí, hay que seguir previniendo para luego no tener que curar. “La prevención es clave y en la década de los 20 ya hay que empezar a utilizar cremas que se encarguen de mantener la hidratación de la piel a raya y con texturas ligeras. Y a partir de los 30 años ya sería necesario utilizar un contorno de ojos específico para prevenir las patas de gallo y cremas antiedad, más untuosas y con principios activos para prevenir el envejecimiento”, recomienda la esteticista Carmen Navarro, con centros en Madrid, Sevilla y Valencia (Madrid, tel. 914 45 06 32). ¡Bingo! Entonces, las antiarrugas, a grandes rasgos, a partir de los 30.

Y en cuánto a las texturas, aunque es más una cuestión de gustos, Galmiche recomienda la textura sérum para las iniciadas y para las pieles más jóvenes: “Incluso practicar el boosting. Es decir, mezclar principios activos con una crema de tratamiento habitual dependiendo de las necesidades que vaya teniendo en cada momento.”

Sí lo hay. “No soy para nada partidaria de utilizar cosmética invasiva antiarrugas de forma hiperpreventiva. En concreto, creo que son muchas las pieles jóvenes que abusan de los ácidos, que a la larga, si no están bien prescritos, pueden ocasionar muchos problemas de hiperreactividad”, comenta Galmiche. Esta experta también recomienda las pieles grasas o con tendencia acneica evitar los cosméticos agresivos o secantes: “estos terminan por alterar el pH de la epidermis y fomentar la sensibilidad y con ello las arrugas.”

Las tres expertas recomiendan reservar las cremas antiarrugas para la noche ya que es el momento en el que se produce la regeneración cutánea y particularmente si contienen retinoides, porque “la luz diurna les resta eficacia”, según García, y dependiendo de la concentración pueden llegar a sensibilizar y manchar la piel.

Eso sí, antes de aplicar cualquier crema es fundamental que la piel esté perfectamente limpia. “Lo importante es que la piel esté higienizada para absorber los principios activos con mayor eficacia”, recuerda Galmiche. Y no olvidar nunca la protección solar a la mañana siguiente: “es el mejor antiarrugas que existe”, asegura Navarro.

Gracias a las fórmulas inteligentes que se emplean en la actualidad “podemos disfrutar de la hidratación, la nutrición y el efecto glow de forma inmediata”, según Navarro. Pero cuando hablamos de tratar las arrugas hay que ser más paciente. “El pico más alto de eficacia está en los tres meses”, según García. Todas las expertas coinciden en que la constancia es fundamental y en que la combinación uso de cremas en casa + tratamientos en cabina es básica. “Entre otras cosas porque las necesidades de la piel son cambiantes y la especialista puede aconsejar qué falta o que sobra en cada momento”, aconseja Galmiche.

“Lo mismo que si dejamos de hacer deporte o de llevar una vida saludable, que lo que habíamos conseguido se desvanecerá. La piel necesita siempre alimentos y cuidados de calidad”, concluye Carmen Navarro.

Truffle Firming Serum (150 €), de Carmen Navarro. Con ácido hialurónico, vitaminas A, C y E, hidrata, previene las manchas y recuperar la elasticidad.

Truffle Firming Cream (140 €), de Carmen Navarro. Con trufa blanca y sacha ichi, una planta del Amazonas que aporta antioxidantes, aminoácidos y Omega 3, 6 y 9.

RetinolC Cream (90 €), de MG Collection. Con retinol, aceite de semilla de girasol, vitamina C y E, es regenerante y equilibrante para todo tipo de pieles.

Crema Regeneradora (39,50 €), de Cristinta Galmiche. Un tratamiento global antiarrugas apto para todo tipo de pieles.

Premier Cru La Crème (88,90 €), de Caudalíe. Gracias a su tecnología TET8TM, a su contenido en Viniferina, ácido hialurónico y azúcares tensores trata arrugas, líneas de expresión, manchas, firmeza, volumen e hidratación.

I am the Cream (160 €), de Silvia Oliete. Una emulsión que hidrata, repara y nutre de forma inmediata y duradera, sin dejar sensación grasa.

Merveillance Lift La Creme Concentre de Nuit (46,90 €), de Nuxe. Crema de noche reafirmante con aceite de microalgas ultracorrector. Trata las arrugas y reafirma de forma visible.

Soin Anti-Âge Régénération Cellulaire (114 €), de LPG. Con ácido hialurónico péptidos y ceramidas. Rehidrata la piel desde el interior y redensifica el tejido y las arrugas.

Lifting XL AXTC Care (45 €), de Virtud Estética. Con Arginerine, una sustancia efecto botox. Tiene efecto hidratante, alisado y antiarrugas desde la primera aplicación.

RHA Sérum Concentré Régénérant Fondamental (85), de Teoxane. Con ácido hialurónico, aminoácidos, vitaminas y minerales. Refuerza la barrera cutánea, hidrata, protege y revitaliza.