El HUCA atiende picos de 400 urgencias tras un año con 108.000 «crisis de salud» | El Comercio

2022-03-04 08:16:09 By : Mr. Qin .

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De izquierda a derecha, los doctores José Manuel Piedra, Lucía Gálvez, Giobana García, Rosario Barraca,María Teresa García, Luis Antuña (director de la unidad de gestión clínica de Urgencias), Jennifer Turcios, Jesús Maújo y José Antonio García, en la entrada de Urgencias. / PABLO LORENZANA.

Una mujer en estado crítico, debido a un derrame cerebral. Una abuela de 98 años que no logró superar sus muchos achaques. O un joven con fuerte dolor torácico, que tenía en realidad una crisis de ansiedad porque le había dejado la novia. Son solo tres de los 405 casos que los profesionales del servicio de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) tuvieron atender en uno de los días con mayor número de emergencias de 2022 y uno de los grandes picos asistenciales del último año.

Jornadas como ésta ponen de relieve la presión que están soportando los profesionales sanitarios que atienden las «crisis de salud» de los asturianos, las 24 horas al día y los 365 días del año. «Vemos de todo y aquí siempre estamos abiertos. Es un trabajo duro, muy vocacional», resume José Antonio García, médico de Urgencias en el HUCA. Sin embargo, toda esa vocación, los turnos de 12 horas de trabajo y su capacidad para manejar con inmediatez un universo de patologías no están reconocidas con una especialidad propia. Es decir, hoy por hoy, no existe la Medicina de Urgencias como tal.

«Cada uno va adquiriendo por su cuenta formación específica», explica García, presidente en Asturias de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias (SEMES), que hace campaña estos días para conseguir el reconocimiento de la especialidad. En Asturias, los profesionales sanitarios han pedido al Gobierno del Principado que defienda esta reivindicación ante el Consejo Interterritorial que preside la ministra de Sanidad, Carolina Darias.

No lo ven únicamente como «un reconocimiento a la labor que hacemos». En opinión de Rosario Barraca, «es importante porque tendríamos un programa reglado, con residentes propios», además de que «jerárquicamente Urgencias podría organizarse como cualquier otro servicio». La doctora Barraca, a la que sus compañeros del HUCA consideran «todo un referente», acaba de jubilarse tras 39 años de experiencia profesional en Urgencias. En su último día de trabajo, comentaba que «la urgencia es muy cansada y en pandemia ha sido muy duro. Pero si empezase de nuevo, volvería a hacer lo mismo. La única pena es que me hubiera gustado retirarme con mi título de urgencióloga».

En principio, no hay sustituto para Rosario Barraca. Y ahí reside uno de los grandes problemas del servicio de Urgencias, en el que ponen el foco sus profesionales sanitarios para que la Adminitración tome nota: «No hay relevo generacional», asevera el presidente de SEMES en Asturias. «Crear la especialidad de Medicina de Urgencias serviría, además de para dignificar este trabajo, también para captar residentes, porque nos hacen falta recursos humanos», sostiene Jesús Maújo.

Solo en el HUCA, que es el cuartel general de la sanidad pública asturiana, se atendieron en 2019, 118.000 urgencias.En 2020 -«se paró el m undo y solo existía el coronavirus»-, bajaron a 90.000. Y en 2021, fueron 108.000, acercándose así a las cifras que venían siendo habituales antes de la pandemia. «En esta sexta ola, que hemos tenido más bajas que en las olas anteriores, nos vimos muchos días en el alambre. No solo estamos al límite en médicos, también hay mucha necesidad de enfermeras y auxiliares», puntualiza Maújo.

Una situación que «ya se sabe desde hace tiempo», dejan caer los médicos de Urgencias, y que «no debe dejarse a la improvisión». Estos casi dos años de pandemia han servido para poner en valor el trabajo que realizan los profesionales sanitarios, pero también para remarcar sus problemas y necesidades. Ahora que la sexta ola de coronavirus remite, en Urgencias se recuerda que ni tienen especialidad propia ni se han tomado medidas para garantizar el relevo generacional en el servicio.

«Nos lo han prometido en un sin fin de ocasiones, pero siempre ha quedado en agua de borrajas», lamenta Jesús Maújo, que lleva 17 años en Urgencias y suele ocuparse de los dos niveles de atención -naranja y rojo- que requieren una intervención más inmediata. El número de urgencias del pasado lunes «fue muy potente, de echarse a temblar», porque lo habitual es recibir unos 329 pacientes diarios de media. Pero «ya no hay tantísimo covid», explica José Antonio García. De hecho, de los 405 pacientes atendidos, «sólo tuvimos en aislamiento por sospecha de covid a unos 40». Y ni en todos los casos se confirmó la existencia de contagio ni el coronavirus era la razón de su ingreso en Urgencias.