Si eres amante de las plantas seguramente te interesa darles los mejores nutrientes para que crezcan y se desarrollen de la mejor manera posible, por lo que una forma eficaz de lograrlo es colocarles composta.

Aunque este abono orgánico lo puedes adquirir en tiendas de autoservicio, dedicadas a las mejoras del hogar y hasta en lugares donde venden todo tipo de plantas, también puedes hacerlo tú mismo y ahorrarte algunos pesos.

Primero que nada debes saber que la composta es un abono creado a base de desechos orgánicos, mismos que generan una degradación microbiana de materiales acomodados en capas y sometidos a un proceso de descomposición.

Este producto contribuye a mejorar el ambiente y enriquecer los cultivos, ya que favorece la estructura y la fertilidad de estos.

De acuerdo con la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) los materiales idóneos para hacer composta son: las cáscaras de huevo, restos de frutas y verduras, residuos de origen animal, tales como los huesos, piel, carne y sangre, así como excremento de vaca y caballo.

También puedes utilizar follaje, tallos frescos, hojas secas, y otros abonos verdes.

Lo que no se debe utilizar para la composta son materiales hechos de vidrio, metal, alambre, plástico, caucho, cenizas frescas, fibras sintéticas y frutos con espinas; ya que unos no son biodegradables y otros pueden dañar las manos.

Evita que la composta se seque para evitar invasión de ácaros, hormigas u otros animales, o que se moje en exceso porque proliferan los hongos y despide mal olor.

Una vez lista la composta, deberás almacenarla en costales y guárdarlos en un lugar seco hasta que los utilices para fertilizar tu huerto casero o tus plantas.