Los interruptores de luz, las barras de las estaciones del metro y los botones de los ascensores se convierten con rapidez en un foco de infección, en especial de los virus de la gripe y gastrointestinales. Muchos agentes patógenos se transmiten de mano en mano y de manilla a manilla de las puertas, como por ejemplo en la oficina.  Por ello, el lavado de manos frecuente protege de las infecciones por contacto. Y parte importante de esta protección es el secado correcto de las manos porque los gérmenes pueden multiplicarse fácilmente en aquellos lugares que queden húmedos. Al lavarse las manos, resulta importante secarlas bien lo antes posible. Y, al mismo tiempo, frotar los agentes patógenos que aún puedan estar adheridos a las manos húmedas después del lavado. Las toallas desechables limpias son las más indicadas para ello. Los secadores de manos por aire también eliminan la humedad de las manos como así también los agentes patógenos que pudieran desprenderse de la piel durante el lavado.  En cambio, se recomienda no utilizar en absoluto las toallas de tela usadas en los baños públicos porque pueden quedar gérmenes adheridos.  Por cierto, no es decisivo lavarse las manos con agua fría o caliente. Más importante es enjabonarse bien las manos y frotarlas durante al menos 20 segundos para eliminar los gérmenes y bacterias. dpa 

Los interruptores de luz, las barras de las estaciones del metro y los botones de los ascensores se convierten con rapidez en un foco de infección, en especial de los virus de la gripe y gastrointestinales.

Muchos agentes patógenos se transmiten de mano en mano y de manilla a manilla de las puertas, como por ejemplo en la oficina. 

Por ello, el lavado de manos frecuente protege de las infecciones por contacto.

Y parte importante de esta protección es el secado correcto de las manos porque los gérmenes pueden multiplicarse fácilmente en aquellos lugares que queden húmedos.

Al lavarse las manos, resulta importante secarlas bien lo antes posible. Y, al mismo tiempo, frotar los agentes patógenos que aún puedan estar adheridos a las manos húmedas después del lavado.

Las toallas desechables limpias son las más indicadas para ello. Los secadores de manos por aire también eliminan la humedad de las manos como así también los agentes patógenos que pudieran desprenderse de la piel durante el lavado. 

En cambio, se recomienda no utilizar en absoluto las toallas de tela usadas en los baños públicos porque pueden quedar gérmenes adheridos. 

Por cierto, no es decisivo lavarse las manos con agua fría o caliente. Más importante es enjabonarse bien las manos y frotarlas durante al menos 20 segundos para eliminar los gérmenes y bacterias.