Un pastor cuida un rebaño de ovejas en Valencia. EFE/ Manuel Bruque
Rafael González/ Madrid, 8 may (Efeverde).- Dar visibilidad a la situación de la lana en Europa donde, a pesar de ser una materia prima ecológica con "múltiples beneficios para la sociedad", gran parte "se desecha como residuo" y el resto "se vende a precios insignificantes", centrará este 9 de abril la conmemoración de su primer día europeo.
La celebración de esta jornada el 9 de abril, impulsada por la Fundación para el Intercambio Europeo de Lana en 2019, pretende, además, "buscar soluciones para que la mayor parte de lana europea no acabe en vertederos, enterrada o quemada", explica a Efeverde la coordinadora de proyectos de la asociación Trashumancia y Naturaleza , Concha Salguero.
Durante este día reivindicativo, en el que participarán más de 20 países de Europa, tendrán lugar diversas actividades en España como talleres, tutoriales, cuentacuentos, mercadillos o exposiciones, que estarán dinamizadas por las organizaciones Trashumancia y Naturaleza, La Iaia, DehesaLana o Hilandia.
La lana, indica Salguero, no sólo es "renovable, reutilizable y cien por cien biodegradable", sino que también cuenta con una "enorme" versatilidad para la innovación industrial y para la resolución de problemas relacionados con el medio ambiente.
Este producto, agrega, puede ser empleado en bioconstrucción como material aislante, constructivo o incluso como firme en el arreglo de caminos; como absorbente en derrames de petróleo; como biofertilizante agrario o en el sector textil, ya que es "una fibra sana termorreguladora de la temperatura corporal al absorber la humedad y 'dejar respirar' el cuerpo".
[box type="shadow" ]Además, las investigaciones para la producción de bioplásticos a partir de su queratina son "prometedoras", asegura esta experta, quien apunta que se trata de un material "lleno de bondades y regalado por la naturaleza" que "estamos tirando en lugar de aprovechar sus propiedades como parte de la solución".[/box]
La lana se emplea en el ámbito textil para elaborar numerosos objetos, como prendas de vestir, mantas, alfombras, tapicerías, telas o fieltros, entre otros, pero también posee otros usos "menos conocidos" en la industria del mueble, cosmética o farmacéutica, reconoce.
"Si recuperamos la lana como fibra textil, reduciríamos la enorme cantidad de fibras sintéticas con las que nos vestimos y revestimos nuestros entornos", declara Salguero.
Estas fibras artificiales, manifiesta, "son una extensión de la industria del plástico al sector del tejido", donde se generan residuos microplásticos que se esparcen desde los desagües tanto a ríos como a mares y, desde aquí, pasan a animales y plantas para "finalmente acabar en nuestra cadena alimentaria".
A pesar de que "no hay datos exactos", se calcula que "aproximadamente se usa el 50 % de la lana producida en Europa", mientras que el porcentaje restante "acaba como residuo", precisa.
La lana de mayor calidad se destina "sobre todo al sector textil", pero "aún así los precios que se pagan a los productores son insignificantes", lamenta Salguero, quien afirma que el importe resulta "a veces inferior al coste de la esquila" y "otras veces se recoge gratis por intermediarios".
[box type="shadow" ]"Este producto no tiene salida en el peor de los casos y se acumula en las explotaciones ganaderas con el riesgo que conlleva tanto para las condiciones de sanidad ganaderas, ya que puede llevar parásitos, como para los costes de la actividad y los problemas de su gestión", recalca.[/box]
Se trata, aclara Salguero, de la lana más basta y menos apta para el textil, pero a la que se le puede dar "muchos otros usos", que ayudarían a que "fuese ascendida de subproducto a producto", así como a que "se revalorizara como materia prima y fuente de ingresos".
Europa, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, produjo en 2017 "unas 244.000 toneladas" de lo que se denomina como 'lana sucia', es decir, antes de transformarse, lo que supone "alrededor de un 12 % de la producción mundial".
Sin embargo, la situación entre países europeos "no es homogénea" tanto por la cantidad producida como por la valoración mercantil pues, por ejemplo, en 2015 el mercado de lana europeo "alcanzó los 159 millones de euros", pero "la mayoría se concentró en Reino Unido y Rumanía, con más de 40 millones cada uno".
En cambio, el valor en España fue de "tan sólo 14 millones de euros en 2015", a pesar de "tener el mayor censo ovino de Europa tras Reino Unido".
Así, España produce "unas 22.000 toneladas de lana de las que cerca del 80 % se venden sin procesar a China a bajo precio", país que se sitúa como "el primer importador y procesador de este producto a nivel mundial", apostilla.
Para Salguero, el volumen de lana procesada española es "muy poco pero muy importante", pues "constituye el germen de una nueva mirada sobre este material", que aglutina "un grupo de personas emprendedoras de distintos campos que empieza a producir un producto local de calidad con valores sociales y ambientales", concluye. EFEverde
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