La pulcra seducción de lo desechable en la obra de Cardozo | Los Tiempos

2022-05-20 20:09:57 By : Ms. Sherry Zhang

La pulcra seducción de lo desechable es una frase que anoté de una conversación con la artista orureña, radicada en Santa Cruz, Wara Cardozo Velásquez. Conversar de arte con Wara es una experiencia ampliadora de horizontes, primero por su concepción poética de lo ínfimo, y luego por sus niveles de reflexión en torno al compromiso con el medio ambiente, que la artista ha asumido no sólo como un modo de vida personal, sino como una micropolítica de resonancias colectivas. Una línea transversal en su cuerpo de obra es el trabajo con los residuos, lo no utilizable, o lo que ella diría “la mal llamada basura”.

Habíamos escuchado antes que se podía aprender más de los hábitos de consumo de una sociedad por sus maneras de tratar con la basura y el desecho. Wara aborda este tema desde un enfoque artístico, es decir no para atender a la generalidad, sino para enfocarse en lo singular. Su aproximación no la efectúa con pinzas, ni con la distancia objetiva que pide el método científico, sino de modo participante, hace un corte de sí misma, interpelando a las políticas de vida dentro de su hogar. Es así que nació el interés de trabajar con los cabellos como material no tradicional y objeto de recuperación. Cuenta la artista que la idea comenzó a tomar forma durante la pandemia de Covid-19; se puso desde la segunda ola de la cuarentena a recolectar los cabellos que encontraba en los rincones de su casa, o de los utensilios ligados por ejemplo al acto de peinarse. 

Esos cabellos que de manera ordinaria encontramos en las habitaciones de nuestras casas y barremos rutinariamente son objeto de interpelación artística para la artista. Gracias al afán de recuperar lo que la sociedad occidental ya no valora, comenzó con estos cabellos a elaborar bordados textiles, usando hilo de cobre para coser, logrando piezas que pueden observarse flotantes en una sala de exposición artística. La serie “Lagunas mentales” (minitextil, 6 x 6 cm) por ejemplo, que se exhibe en Angers Francia desde 2021, recuerda a obras de dibujo, siendo los filamentos capilares colocados en el lienzo blanco cual si fueran trazos de lápiz carbón que rayan ovillos de líneas negras. De hecho, paréntesis aquí, en los dibujos de Douglas Rodrigo Rada encontraremos la obra “Bicho peludo” (tinta sobre papel, 65x50 cm) que se asemeja en cuanto a forma visual a un bordado textil con cabellos de Wara Cardozo. Cabe mencionar que Rodrigo Rada tuvo ya una aproximación al uso físico del cabello en sus dibujos 7 y 3 de la serie “Peludos” (pelo sobre papel, 14,8 x 19 cm) del año 2011. La diferencia está en que Rada no se centró en la reflexión sobre el cabello como material no tradicional ni el lugar que cumple en el cuerpo social, sino que plantea una relación entre la identidad individual y el dibujo de pelo. “Hay una relación esquema corporal-cuerpo psíquico”, señala Rada. 

Wara Cardozo ha profundizado en su búsqueda, generando reflexiones que conectan a sus textiles de cabellos no sólo con el dibujo, sino también con el arte povera, como toma de consciencia de los desechos del propio cuerpo. Pero también imaginando desde la forma algunos paralelos con la escultura. En la serie de miniesculturas blandas (12 x 6 cm, c/u), la artista trabajó con los finos cabellos delgados de una niña de 10 años llamada Wara, que llegaron a su poder gracias al amable regalo de la madre. Y como en el arte siempre se está dialogando con los materiales para el avance de las ideas, Wara fue descubriendo con estos cabellos particularmente las posibilidades de generar volúmenes frágiles, casi efímeros. 

En la sesión inaugural de Ecléctica, espacio de investigación artística boliviana que se realizó en la Fundación Patiño Santa Cruz este año, invitamos a la artista a compartir ideas sobre su investigación y proceso artístico en torno a los cabellos. Brindó interesante información sobre los diferentes modos de utilización que se le ha dado en otras culturas, como por ejemplo en China donde se respeta profundamente a los cabellos por considerarse herencia de los padres. O cómo durante la Segunda Guerra Mundial el cabello humano se transformó en fieltro industrial, siendo enrollados en carretes para ser usados para la confección de ropa, o como componentes para vehículos, moquetas para los submarinos o zapatillas para la tripulación. En cuanto a Bolivia, Wara marcó un horizonte referido a las culturas indígenas: “En Bolivia el cabello fue utilizado en los textiles andinos en la elaboración de fajas de uso personal y en tierras bajas en la elaboración de sogas”. 

Lo que más se me grabó fue la filosofía que maneja la artista: trabaja en verdad con algo más que cabellos, opera con vínculos afectivos, energías humanas. “Por eso es que a mí no me interesaría ir a recolectar cabellos de peluquerías para hacer mis obras”, contaba Wara. Puesto que parte de la obra consiste en la entrega intencional que le hacen los donantes de cabellos caídos o cortados, que la artista valora como un obsequio íntimo, y que le impulsan a tratar con respeto, ya que le remiten a una persona que conoce y que ha confiado en ella. 

En suma, la artista descontextualiza al cabello desechado de sus entornos acostumbrados, y los coloca dentro la pulcritud del cubo blanco para invitar a otro tipo de valoraciones. Por otro lado, en esta operación de colocación resignifica no tanto al pelo, sino al modo que tenemos de relacionarnos con el pelo enajenado del cuerpo. Este es un tipo de obra, creemos, que pide precisamente la pulcritud del espacio neutral y aséptico del cubo blanco para enmarcar su idea. La curadora Matecha Rojas destaca la obra de Wara porque “invita a reflexionar sobre el contexto y el horizonte, hablando de los ciclos de la naturaleza en el lugar, algo tan importante en una ciudad como Santa Cruz, conectando una mirada que viene desde el altiplano con el oriente boliviano”. 

La gran noticia que se conoció este año es que uno de los trabajos con cabellos de Wara fue seleccionado como representante por Bolivia, en la Bienal Internacional de Arte Material Contemporáneo

“Pensamiento en material” en Beijing, China, y se estará exponiendo allá desde junio de este año. 

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