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El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, saluda a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. / EFE
El Gobierno de Pedro Sánchez, casi siempre en el alambre, tiene todos los visos de terminar la legislatura con el logro de haber sacado adelante, a veces de forma agónica, los cuatro presupuestos de su mandato. El Ejecutivo ha hecho de la necesidad virtud y ha solventado su minoría parlamentaria atrayendo a una diversidad de grupos con intereses muy dispares. El armazón del puzzle ha sido que no sostener a Sánchez abriría las puertas a un gobierno del PP.
En este escenario PNV y EH Bildu han tenido un protagonismo especial. Los seis votos del primero y los cinco del segundo han sido claves a la hora de conformar esas mayorías para que Sánchez aprobara las cuentas de 2020, 2021 y 2022. Y todo parece que de cara al presupuesto de 2023 el Gobierno PSOE-UP también cosechará el apoyo de las dos formaciones nacionalistas vascas.
El PNV ya ha mostrado su apoyo a que Sánchez culmine la legislatura. Andoni Ortuzar lo ha ido anunciando en diversas ocasiones, la última de ellas el pasado 31 de julio en el acto que los jeltzales celebraron en Bilbao para conmemorar el 127 aniversario de su partido. El líder del PNV fue claro al afirmar que su partido va «a dar todo nuestro apoyo y saber hacer», aunque a renglón seguido enumeró la lista de cuestiones pendientes por parte de Moncloa. «Que se cumplan los acuerdos; que se agilice el traspaso de todas las competencias pendientes del Estatuto; que se hagan las inversiones acordadas; que se ejecuten los proyectos previstos; que se den pasos para la presencia de Euskadi y sus selecciones deportivas en el ámbito internacional, y que no se hagan leyes españolas que invadan competencias vascas».
Ortuzar, que recordó que su formación es «leal», le puso deberes a Sánchez. «Espero que el Gobierno pase de las buenas, pero huecas palabras, a los hechos. Septiembre está a la vuelta de la esquina. Esperemos que, esta vez sí, aprueben el examen que vamos a hacerles».
Una de las cuestiones más sensibles para el PNV es el retraso en el traspaso de las competencias pendientes. A los jeltzales les irritó sobremanera que Sánchez, en el debate del estado de la nación celebrado el mes pasado, excusara la no transferencia de cinco de ellas alegando problemas políticos y técnicos. Tanto es así que el propio lehendakari mostró su «sorpresa» por las manifestaciones del presidente del Gobierno. Urkullu lamentó que «el Gobierno español no está cumpliendo las previsiones recogidas en su propio cronograma». El enfado le llevó incluso a preguntarse si Sánchez «unilateralmente cree que el Estatuto está cumplido».
Según Ortuzar, esta cuestión deberá estar resuelta para septiembre, pero todo indica que si se retrasa, tampoco sería un 'casus belli' para tumbar el presupuesto estatal. No hay que olvidar que en la presente legislatura se han transferido competencias de primer rango, como el Ingreso Mínimo Vital que perciben 45.000 vascos.
En esta misma labor 'facilitadora' se ha manifestado el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, quien en unas recientes declaraciones indicó que está seguro de que Sánchez va a intentar llegar a finales de 2023 «sea con presupuesto o sin él». El PNV desea que se agote la legislatura, «pero en condiciones», apunta Esteban, que asume que el calendario de transferencias «va a ser imposible cumplirlo», aunque no renunció a que se produzca nuevos traspasos. «Aún queda tela que cortar», dijo. El dirigente jeltzale lamentó que su partido tenga que estar «peleando por salvar los muebles del propio autogobierno». Al final, denunció, «acabas acordando, pero con una legislación muy antiautonomista y muy centralista». Aseguró que, en todo caso, su partido intentará que «en el tiempo que queda, se cierre el círculo».
EH Bildu también ha sido protagonista de las negociaciones presupuestarias dando muestras de un pragmatismo y acomodo a la dinámica de las Cortes que pocos preveían al comienzo de la legislatura. La coalición independentista ha dado su apoyo a las cuentas del Estado en los tres ejercicios anteriores y cabe pensar que también lo hará o al menos no dificultará las de 2023.
La portavoz parlamentaria, Mertxe Aizpurua, ya ha señalado que harán «todo lo posible para agotar la legislatura» y aprovechar su «oportunidad al máximo», si bien advirtió de que «eso no supone un cheque en blanco».
Lo cierto es que el Gobierno ha llevado adelante iniciativas, como la polémica Ley de Memoria Democrática, que ha sumado el apoyo de EH Bildu, siendo esta una cuestión prevalente para la coalición independentista y también para el PNV.
Además, la colaboración con EH Bildu para aprobar medidas sociales ha sido clara como se evidenció en el decreto anticrisis y en la ley de Pensiones, que también contó con el apoyo del PNV. Este decreto, que contempla el incremento del 15% en las pensiones no contributivas, gracias a una enmienda de la coalición independentista, deberá ser contemplada en los presupuestos de 2023, una razón de peso para apoyarlos.